sábado, 21 de marzo de 2015
¿Quién me ha robado la poesía?
Las personas vienen y van constantemente en nuestra vida. Algunas llegan y te aportan una alegría inmensa. Las más especiales te enseñan para qué estás en el mundo, las mas tristes que eres útil para alguien. Todas ellas llenan nuestro corazón de inumerables sensaciones que nos hacen ser una parte de nosotros mismos. Sin embargo, antes o después se marchan y no lo hacen solas, sino que se llevan una parte de lo que somos, y que sin ella seriamos irreconocibles.
Pudiste llevarte mi estúpida sonrisa al verte cruzar la calle, o la ansiedad de mis ojos en busca de un detalle que te haga feliz, incluso mis ganas de soñar a tu lado. Pero con aquella última llamada decidiste llevarte lo único que me sostenía, quizás incoscientemente, mis ganas de soñar. Con aquella última llamada los libros amontonan polvo en mi mesita. Salinas ya no encuentra su voz y Cernuda se olvidó donde habitaba el olvido. En cambio Benedetti aún te quiere y Luis Cuenca no ha vuelto a desayunar entre tus piernas.
Incapaz.
Incapaz de abrir un solo verso en la inmensa noche, para Neruda más inmensa sin ella. Las yemas de mis dedos en las noches grises acarician la portada de todos aquellos libros ahora prohibidos en luz tenue de la lámpara.Lágrimas que brotan de mis ojos como el rocío en primavera.
Incapaz.
Métaforas que hieren como puñales, símbolos que paralizan sonrisas, estrofas que rememoran recuerdos, versos que cortan el aire. Suspiros incacabados tras devorar poema tras poema.
Incapaz.
Los versos se fueron como las oscuras golondrinas de Bécquer, quizás mujer, ya sepas, cuando el amor se olvida a dónde va. Puede que ese amor olvidado repose como el polvo en los versos que no podemos leer.
Incapaz.
Pudiste llevártelo todo, y sin embargo decidiste llevarte lo que más necesito hoy, la poesía.
Incapaz.
Por ahora.
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